Graciela es docente y artista plástica. Trabajó, desde que vive con su esposo en el campo, en diferentes colegios rurales desarrollando proyectos para afianzar la identidad de los jóvenes a su contexto de pertenencia: llevo adelante un proyecto titulado "mirar el entorno con otros ojos", dirigió un taller de jóvenes artesanos y dictó clases de arte. Por razones de salud, su capacidad motriz se redujo y no pudo continuar con la docencia y la pintura. Decide, entonces, reformar su taller de arte en un departamento y equiparlo con todas las comodidades necesarias para hospedar a turistas compartiendo con ellos lo que aprendió de sus alumnos y familias: la vida y oficios de los pobladores, la construcción de viviendas típicas , el uso de las plantas medicinales de la región, las Fiestas Patronales, flora y fauna autóctona, entre otros.